domingo, 18 de julio de 2010

VÍDEO CAMPO DE CONCENTRACIÓN


"Nacidos culpables", basado en una recopilación de entrevistas reales realizadas por Peter Sichrovsky. Compañía Moma Teatre. Dirección escénica y dramaturgia: Joaquim Candeias y Carles Alfaro. Helena Peydro. Esther Bosque. Pilar Almetría. Cristina García. Joan Miquel Reig. Martin Cases. Álvaro Báguena. Cristina Plazas. Pep Ricart. Empar Canet. Carles Alfaro. Madrid. Festival de Otoño. Teatro de la Abadía. 15-11-2000.

El nacimiento del teatro documental como género autónomo, podría situarse en los comienzos del S. XX. Al calor de los movimientos obreristas; los teatros-boletín de las fábricas, el Agit-Prop; desarrollados en la Rusia revolucionaria, y en la Alemania de entreguerras. Su primer artífice teórico fue el director Erwin Piscator, que con su "Carro de Tespis mecanizado", recorría los barrios obreros de Berlin convocando a los trabajadores a las representaciones de su Teatro Político. Influido por este ambiente comprometido, el teatro de Brecht nació también político. El gran pináculo del teatro documental ha sido -hasta ahora- Peter Weiss, quien con su famoso "Marat-Sade" llevó hasta las últimas consecuencias el legado de sus maestros alemanes.
"Nacidos culpables" es un curioso experimento escénico, donde se recogen muchas de estas premisas, y se instauran de golpe en el teatro español, 25 años después de la llegada de la democracia. La compañía Moma Teatre, Carles Alfaro y Joaquim Candeias han cogido el toro por los dos cuernos: el político y el estético. No es "Nacidos culpables" una obra teatral al uso, sino una especie de mecanismo escénico accionado por actores vivos, -como en teatro- que demuestra casi más interés por encontrar nuevas formas de comunicación personalizada con los espectadores, que una renovación del lenguaje teatral. Su principal objetivo es elevar un artefacto técnico-escenográfico, que corrige las miradas del público, y dirige su capacidad de percepción.
Que los monólogos que realizan en directo los intérpretes estén extraídos de una serie de entrevistas televisivas realizadas a hijos y nietos de oficiales nazis -más o menos destacados- pone por si solo la carga ideológica del espectáculo. Quizás lo más interesante del montaje sea esta neutralidad fría y documental que han elegido sus creadores.
La radicalidad escénica del montaje asesina de tajo las reglas de toda teatralidad. Actores y actrices de espalda al público, sus rostros tomados en directo con cámara, y proyectados en una pantalla dirigida al público, que a su vez es filmado y se refleja en la escena, produce un juego de espejos tan conceptual como barroco; tan desconcertante como culpable. Si el montaje resulta frío, la precisión de sus intérpretes lo va caldeando hasta terminar atrapando al público, quien termina dudando de su misma inocencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario