sábado, 17 de julio de 2010

LA TELARAÑA DE UN CRIMEN


"Madame Raquin", de Emile Zola. Dirección: Gerardo Malla. Reparto: Julia Gutiérrez Caba. Manuel Tejada. Paula Sebastián. Juan Antonio Quintana. Adaptación: Michel Voysey. Versión libre de Manuel Collado. Escenografía: Joaquín Roy. Figurines: Javier Artiñano. Iluminación: Josep Solbes. Madrid. Teatro Muñoz Seca. 6-9-2001.

Emile Zola es el padre del Naturalismo literario francés. Sus novelas representaban una vuelta de tuerca más allá del mero realismo. Zola apostaba por un arte científico y pedagógico. Las enfermedades del comportamiento humano eran el objeto de su estudio. Nunca valoramos más, para qué nos sirve una mano, que cuando ésta se encuentra enferma e inútil. Ese es el método naturalista: acercarse a los focos más infecciosos de la sociedad, para obtener una radiografía certera de la sociedad completa. El éxito de sus novelas le llevó a realizar adaptaciones para la escena, como sucedió con "Therese Raquin", que ahora llega a la escena madrileña bajo el título "Madame Raquin".
Los personajes de esta obra viven sumergidos en el interior de una historia truculenta. Una joven y bella viuda habita con su suegra, que a la vez es su madre adoptiva. En la casa y en la tienda les ayuda el mejor amigo del muerto, y por las tardes las visita un comisario de policía jubilado, íntimo amigo de la vieja. Con este combinado de personajes columpiando sus vidas sobre la tela de araña de un crimen, Zola construye un relato intenso, de fuertes caracteres y trama sutil e inteligente. No sucede nada como estaba previsto. Toda la obra responde a la norma de que es mucho más terrorífica la bomba que no llega a explotar bajo la mesa, que la misma detonación inmediata.
Gerardo Malla ha dirigido la obra dentro de las claves del género policiaco. La intriga y el suspense están presentes sobre el escenario. La precisión de la interpretación y los significativos silencios que la impregnan, ayudan a que la representación avance sobre pilares de misterio. La buena ambientación de Joaquín Roy y el hermoso vestuario de Javier Artiñano, ponen el resto.
Julia Gutiérrez Caba demuestra con el personaje de Madame Raquín -una vez más- sus altas dotes interpretativas. La aparente naturalidad de sus movimientos y sus delicadas inflexiones de voz, logran convencer al público de su gran verdad escénica. Paula Sebastián da vida a Teresa, el auténtico personaje central de la obra, en torno al que pivotan los vivos y los muertos. Sebastián pone todo su vigor, su hermosura y su dureza, en esta mujer difícil, resentida y compleja. Manuel Tejada interpreta al gañán de la obra, que acabará formando parte de esta familia que terminará destruyéndole como a un pelele. Tejada tiene una presencia escénica templada como su voz, y da una gran entidad a este contradictorio temperamento de Laurent. Finalmente, Juan Antonio Quintana borda el personaje del ex comisario de policía, dándole una ternura y una inteligencia parapetada, que fue aplaudida por el público el día del estreno. Su amor paciente hacia Madame Raquin, le convierten en el personaje más bondadoso y a la par más peligroso de la representación; y el actor sabe muy bien conjugar esta tensión.
Los intérpretes fueron aplaudidos reiteradamente por el público, y casi todo el teatro terminó de pie vitoreando el arte del elenco.

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