lunes, 19 de julio de 2010

LA DESTRUCCIÓN O EL AMOR


"OBS". Dirección: Pep Gatell. La Fura dels Baus: Hansel Cereza. Miki Espuma. Pep Gatell. Jürgen Müller. Alex Ollé. Carlos Padrissa. Pera Tantiñá. Creación musical: Miki Espuma/R. Merdzo. Espacio sonoro: Marc Sardá. Escenografía: Lluís Monteagudo. Vídeo: Jordi Cansinos. Madrid. Parque de la Bombilla. 20-9-2000.

Desde que se presentara por primera vez en Madrid en 1983, la Fura del Baus ha conseguido instalarse y mantenerse en un nivel de producción y de distribución de los más prósperas del país. En los inquietos años ochenta, pusieron en práctica una fórmula de ritual urbano que se convirtió en acontecimiento artístico gracias al apoyo del público y los medios de comunicación. Sus espectáculos han sido siempre enormemente fotogénicos (más que realmente transgresores), lo que les ha ayudado a ser vendidos y exportados con facilidad. Al no ser el texto uno de sus apoyos esenciales han podido viajar y sorprender a medio mundo con sus propuestas de gran impacto visual. La Fura dels Baus tiene el arte y el hechizo de fascinar a su público con su mercancía emocional. Es todo un mérito.
"OBS", su nuevo espectáculo es más de lo mismo: carreras, vísceras, salpicones de ketchup, sintetizadores, torres de alta tecnología sobre ruedas, y pantallas emitiendo vídeos.
Al público parece fascinarle, aunque también se nota a veces en la carpa el cansancio del respetable, puesto en pie más de una hora, al final de la jornada. Al no tener estructura, ni argumento, OBS termina cansando. Daría igual que se acabara media hora antes.
A pesar de todo esto, en la obra se consiguen algunas imágenes poderosas. La lucha de dos guerreros urbanos -en traje de chaqueta- contra una especie de molinos gigantes de tramoya, colgando de sus aspas los abrigos militares de dos ejércitos, son realmente impresionantes; lo mejor del espectáculo.
Como suele suceder cada vez que el teatro quiere hacer una parodia o una sátira del mundo de la televisión, la escena se banaliza de tal modo, que casi pierde su digno nombre dramático. En "OBS", sucede lo mismo. Las imágenes de La Fura son efectivas cuando se sostienen en la muerte, en el sexo, en la violencia, en la destrucción, o (¿por qué no?) en el amor. Un concurso televisivo es al teatro ceremonial, como el salami, al cerdo vivo.
Es una pena que haya desaparecido la música en directo en estas representaciones, eran un punto fuerte a la hora de acentuar el ritual. Las actuales atmosferas "midi-sonoras", son sólo una rémora conceptual del ritmo. Los vídeos que se proyectan son atractivos como los son los de un pub en noche de sábado. No tienen la buena factura videográfica y la creatividad de otras ocasiones, por muchas gafitas y algunos efectos 3D que se produzcan.
El público se lo pasa estupendamente, excitándose con lo imprevisto y con los empujones. Para la mayoría, no se trata sólo de ver una obra, sino de participar en un acontecimiento. Sentirse actor y víctima al mismo tiempo en un ritual urbano, que sólo La Fura dels Baus sabe ofrecerles.

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