miércoles, 30 de junio de 2010

MUJERES RODOREDA *


“Mujeres”. De Mercé Rodoreda. Adaptación y dirección: Mercedes Lezcano. Escenografía y vestuario: Toni Cortés. Reparto: Pepa Pedroche. Lola Mateo. Esther Ruiz. Esther Montoro. Madrid. Teatro del Círculo de Bellas Artes. 12-4-1999.

Nos comunicamos con nuestro semejantes mayoritariamente con palabras, expresamos nuestros deseos, nuestros miedos, nuestras opiniones con palabras, y nos vamos entendiendo con los otros, gracias a ellos. La vida se pasa entre palabras. Mercé Rododera (unido siempre su nombre a "La plaza del diamante") es una escritora inteligente, sincera y de una sensibilidad inusual. Algunos ven en su obra un prototipo de la literatura llamada femenina. Al margen de etiquetas e instrucciones de uso, la palabra de Mercé Rodoreda emociona, exalta, evoca, y sorprende. Sus personajes miran con sus ojos y hablan con sus palabras, ¿cómo no va a ser interesante oírlos en un escenario? Es un auténtico placer escuchar el texto de estos monólogos, porque se siente la presencia de una gran voz que ennoblece nuestro idioma y nuestra condición humana.
Mercedes Lezcano ha tenido la habilidad como directora de buscar un objetivo único: servir la palabra de Rodoreda a través de unas buenas actrices que realizan ante el público un recital de emociones amargas, tiernas y hasta socarronas. Las historias transpiran vida, amor por los detalles, sensualidad y erotismo a veces. La originalidad y síntesis del texto llega a definir a un personaje de una pincelada: a él le gustaba echarle la ceniza del cigarro en el ombligo, después de haberle hecho el amor.
Si alguien duda que la narración sustituyendo a la acción en un escenario, pueda ser teatro, este espectáculo sobrio y sensible, con cuatro voces de mujeres populares de los años treinta en España, puede demostrarle lo contrario. Si la palabra está bien engarzada, la realidad bien observada, y permite que la emoción aflore sobre las tablas, nos encontramos ante el mejor teatro.
El espacio escénico que ha concebido Toni Cortés es una estilización de una casa española clase media de la década de los treinta, con una gran radio en el centro, que va hilvanando las cuatro historias de mujeres que se cuentan.
Destaca la interpretación de Lola Mateo en el personaje de una mujer madura que en vez de hijos, tenía dalias con su marido. También muestra fuerza y presencia escénica Esther Montoro, que realiza el monólogo más largo.
Iniciativas como éstas deberían ser más frecuentes, la voz sabia y sencilla de los maestros, aumenta el sentido cívico del teatro.

* Esta crítica fue publicada en El Cultural

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