miércoles, 30 de junio de 2010

¡CUIDADO CON EL PERRO! *


“Silvia”. De A.R. Gurney. Adaptación: Juan José Arteche. Dirección y escenografía: Josep Costa. Reparto: Francisco Vidal, Pilar Massa, Gloria Muñoz, Jesús Castejón. Madrid. Teatro Fígaro. Fecha de estreno: 18-3-99

La historia de un matrimonio maduro que tiene conflictos por la llegada de una perrita a su rutinaria vida en su apartamento de Nueva York, tiene unas enormes posibilidades dramáticas y satíricas como corresponde a todas las historias con animales, siguiendo la primigenia tradición de las fábulas. Además, que el personaje de la caniche esté completamente integrado en los diálogos y situaciones de la obra como un humano más, genera una situación dramática peculiar que podría dar lugar a ricos juegos teatrales, donde la imaginación de la puesta en escena y de la interpretación podrían llegar a ser regocijantes.
Muchos espectadores de las grandes ciudades pueden identificarse fácilmente con esta temática, hay muchos solitarios/as que comparten su vida con un perro y terminan considerándolo mucho más noble que a sus propios semejantes. Que las atenciones prestadas a un perro puedan llegar a ser causa de divorcio de una pareja, es una noticia que está al día, y que algunos conocen.
Los puntos de partida de "Silvia" (que así se llama la perra de esta función) podrían ser muy buenos si se hubiesen conseguido resultados similares en el montaje.
El primer problema de la obra es la traducción de Arteche, demasiado literal con el original. Los debates entre republicanos y demócratas, los chistes referidos a Ronald Reagan o Richard Nixon, o a ciertos ambientes exclusivos de Nueva York, están pidiendo una adaptación real a España con la que el público pueda reconocerse más fácilmente.
La dirección y la escenografía de Josep Costa son muy pobres, un apartamento acomodado de N.Y. no puede mostrarse con los muros vacíos, y mucho menos convertirlo a la vez en Central Park, en terminal de aeropuerto, o en gabinete de psicoanalista, cuando no dejan de verse los sofás de la casa. La producción y la imaginación de este montaje respiran carencias por todas partes, es lo que podríamos llamar "un espectáculo teatral de serie B", y no es precisamente el único que se ha visto en Madrid esta temporada. Hay que ser mucho más exigentes artísticamente; el público español se lo merece.
Ninguno de los actores y actrices de esta representación son malos, pero no llegan a alcanzar con su trabajo nada interesante, emocionante, o inolvidable. Pilar Massa "la culpable de esta locura" tampoco llega a componer nada memorable con su interpretación del personaje de la perrita, que eso sí, dice tacos como un camionero a la par que sale a escena con sofisticados trajes. Sólo Jesús Castejón (perteneciente a una saga de notables cómicos españoles) consigue arrancar las risas de un público no demasiado entregado. Con este espectáculo vuelve a darse la razón a ciertos profesionales catalanes que afirman que mucho teatro de Madrid está muy despistado. Para el buen momento que vive la cartelera madrileña, obras como ésta "desmerecen"; no es serio (ni artística, ni comercialmente) conformarse con tan poco.

* Esta crítica fue publicada en El Cultural

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